La jubilación es vista por muchas personas como una etapa de descanso y disfrute tras años de trabajo. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que también puede tener efectos negativos en la salud mental y cognitiva.
Una reciente nota publicada en La Tercera abordó esta problemática, destacando la investigación realizada por la Dra. Antonia Díaz-Valdés, académica del Centro de Sociedad y Salud (CISS) de la Universidad Mayor, junto a la Dra. Christina Sellers (Universidad Simmons).
El estudio, publicado en la revista Aging and Mental Health, analizó datos de más de 27.000 personas mayores de 50 años en Estados Unidos durante un período de 14 años, con el objetivo de explorar el vínculo entre jubilación, consumo de alcohol y síntomas depresivos. Los resultados mostraron que las personas jubiladas presentan un mayor riesgo de desarrollar depresión en comparación con quienes permanecen activas laboralmente.
Según la Dra. Díaz-Valdés, este fenómeno puede explicarse por la pérdida de identidad asociada al rol laboral: “Cuando las personas dejan de trabajar, pierden ese rol, lo que necesariamente conlleva un proceso de adaptación que, en muchos casos, genera estrés”.
El artículo de La Tercera también subraya la importancia de mantenerse activo durante la jubilación, mediante actividades como la lectura, el ejercicio, el aprendizaje de nuevos pasatiempos o la participación en espacios sociales, como estrategias para cuidar la salud mental en esta nueva etapa de la vida.
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